domingo, 16 de junio de 2013

Teresa F. Serrano

Nuestra escritora Teresa F.Serrano nace en Sevilla, en el seno de una familia que le inculcó el amor a la lectura y la escritura, y, sin duda eso se nota. Estudió Magisterio alternando sus clases con las de Arte Dramático, y compaginó sus pasiones literarias con la vocación política en una agrupación local. Hay en su obra y en sus trabajos una clara apuesta por el compromiso social: defensora de los derechos de los más desfavorecidos y preocupada por la violencia de género, alterna la escritura y el trabajo. De su naturaleza reivindicativa nace su primera obra, una biografía política de Carmen Pichardo, Primera alcaldesa andaluza de la democracia. Publicará numerosos artículos en distintos medios, de índole social. En 2005 publicará su primera obra literaria, Poesías y Relatos, un libro donde la poesía convive con relatos protagonizados por mujeres que marcaron su infancia. Ese mismo año, recibe el premio Ateneo Popular de Sevilla, con su libro de poesía erótica el Libro de Érato. En 2011, nuestra editorial la ficha para publicar su primera novela, Regreso a Avignon. Espera la publicación de su segunda novela, con el entusiasmo con que cualquier novelista aguarda la segunda oportunidad. Pensamientos, emociones y denuncia, junto con todo lo que configura su universo femenino han convertido su obra en lo que la autora denomina una "una forma de respirar", en la que la literatura y la palabra escrita son el aire y el alma de cuanto escribe. Sobre los avatares de los nuevos escritores ella sabe algo, mucho, y ha decidido escribirnos el siguiente artículo, donde aborda el problema que afrontan los escritores incipientes  en medio del gran mercado editorial.


Cómo llegamos: nuevos autores, nuevos horizontes.

Actualmente, somos muchas las personas que desde nuestros primeros o segundos pasos hacemos uso de las letras para escribir lo que pensamos. El acceso a la educación de gran parte de la población, sobre todo en la civilización occidental, nos ha dado la oportunidad de desarrollarnos en el mundo de la escritura, y abundamos los autores y autoras que lo intentamos. ¡Cuántos Cervantes se han quedado en el camino por no saber empuñar una pluma! ¡Cuántos versos de amor se perdieron en el aire!

Yo, por mi parte, mis primeros versos nacieron a los seis o siete años. Siendo una niña, guardaba en un bolsillo de mi babi de cuadritos rosas de colegio de monjas una pequeña libreta con pastas de cartón azul muy usada y pintorreada por todas partes, como correspondía a la edad,  donde escribía sentimientos que no los sabía decir con palabras. Aún me cuesta decir algunos. De ella nacieron mis primeros versos y la afición a la escritura, porque a la lectura  la llevaba impresa en los genes. Años después, mis poemas fueron creciendo y llenando folios junto con breves relatos que dormían en algún lugar oculto de un cajón privado, escondidos de ojos curiosos que quisieran hurgar en mi cerebro.

Pasó el tiempo, que aún no la vida, y las horas de literatura en el colegio y durante la carrera me ayudaron a poner por escrito de una forma más “¿clara?” lo que mi cabeza guardaba y era incapaz de hablarlo con nadie más. Más tarde, descubrí lo maravilloso que podía ser que mediante artículos de opinión otras personas pudieran conocerme y que algunos versos salieran a la luz en cualquier revista que quisiera publicarlos. Así, mis escritos, paulatinamente, fueron pasando del cajón cerrado al papel abierto, dirigiéndose no sólo a mí misma sino a los demás también. Fui creciendo a la vez que mis versos, incluso me atreví a autopublicarme. Y nació mi primer libro, Poesías y Relatos. Me sentí feliz al ver cómo mis letras se abrían un poco al mundo, aunque no exenta de algún recelo al mostrarme desnuda, literariamente, se entiende. Luego, me fui introduciendo en el mundo de la novela  al ver cómo algunos de mis relatos crecían demasiado, y así es cómo nació la primera, Regreso a Aviñón. En ese momento de mi vida fue cuando entré en contacto con la editorial de la cual el blog lleva el nombre, gracias a una amiga que me presentó a José Mª y a su mujer. Ellos creyeron en mí. Y Guadalturia publicó mi primera novela. Cumplí el sueño de cualquier escritor: ser editado. A raíz de esta nació otra que hoy aguarda el camino a la luz, sin olvidar nunca mis versos que se fueron aunando en manuscritos en espera de emerger al mundo de nuevo.


(por Teresa F. Serrano, escritora) 
Lee más sobre esta autora pinchando aquí.

2 comentarios:

  1. Efectivamente todos empezamos así, escondiendo lo que hacemos, primero, y luego enseñandos tímidamente lo que escribimos. Después buscamos convertir en libro nuestros textos, y en esa pelea andamos muchos. Me siento bastante indentificada con con la autora. Recuerdo que en mi colegio de monjas, me daba miedo que las profesoras vieran eso que escribíamos, para quien no pensaran mal de mí. Cuántas vocaciones frustradas habrá y cuantos poemas no habremos escrito y tirado para que nadie los viera. Precioso post que me ha evocado mi propia infancia. Disculpen el comentario, quizas por meterme donde nadie me llamó. Rosa.

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  2. No hay nada que disculpar. Somos muchas las personas que compartimos sentimientos comunes y es un placer compartir unas frases con una de ellas. Teresa

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